Hola. Esto es Dos Ideas. Una newsletter, blog o lo que sea de periodicidad irregular que te trae dos ideas. Ni una ni tres. Dos.

Puede una novela de 400 paginas sostenerse sobre una idea? Es mas: puede una novela de 400 paginas sostenerse sobre una idea que todos hemos tenido o escuchado alguna vez? “Me gustaria volver a ser joven, pero sabiendo lo que se ahora” Pues eso mismo es lo que hizo Claire North en Las quince vidas de Harry August. El protagonista nace, vive y muere, pero, ante su sorpresa, vuelve a nacer exactamente en el mismo momento y lugar, conservando todos sus recuerdos de las vidas anteriores intactos. Y asi, ad infinitum.

El primer tercio de la novela es de exploracion. Como es natural, Harry comienza a probar los limites y posibilidades de su condicion de “uroboro”. Por ejemplo, vida tras vida intenta que su madre no fallezca cuando el es apenas un muchacho. Por ejemplo, como ya sabe como es (sera) su rostro de anciano, se da cuenta en el funeral de su madre, de que el hombre que le mira desde el otro lado del feretro es su verdadero padre. Por ejemplo, es torturado por un agente del gobierno que descubre su condicion y quiere saber del futuro. Harry viaja por el mundo, tiene diversas carreras, siempre lucha en la II Guerra Mundial (manteniendose lejos de la accion) hasta que, cuando llevamos aproximadamente un tercio de la novela, descubre que no esta solo. Que hay mas como el.

Los otros uroboros han formado un club, el Cronus Club. Se ayudan, se cuidan entre ellos, se pasan mensajes. Infantes que susurran al oido de viejos moribundos. Mensajes hacia el pasado. Abuelitas que susurran a infantes camino del colegio. Mensajes hacia el futuro. Los miembros del Cronus Club son discretos, secretos, introducen cambios minimos en la historia para asegurarse de que continue estable, sin sobresaltos. Son una cascada de paternosters, esos ascensores continuos, tan común en el la europa brutalista y continental, una cadena de cabinas abiertas que suben y bajan sin parar, sin puertas ni botones. Cientos de uroboros como Harry que cuando llegan al ultimo piso regresan y vuelven a empezar. Cientos de paternosters superpuestos, girando y girando.

Cuando llevaba mas o menos la mitad de la novela leida, me di cuenta de que la premisa no funciona, no es logica, es imposible.

A ver, claro que es imposible, es un artificio narrativo. Y como tal, funciona, vaya que si lo hace. Porque el ultimo tercio de la novela se convierte en una intriga electrizante de espias, una lucha por la preservacion del futuro entre dos ingenios, Harry y un aceleracionista perfido. Todo bellisimamente escrito. Claire North, mis dieses.

Para explicarme mejor, podria poneros un ejemplo, o haceros un dibujo, ese tropo de las peliculas de viajes en el tiempo. Pero dejare que sea el mismisimo Alfred Bester quien os lo explique. En su relato “El hombre que mató a Mahoma”, un científico inventa una máquina del tiempo para para vengarse de su esposa infiel (sic). Se pasea por el pasado asesinando a personajes historicos para alterar el pasado y que su mujer no llegue a nacer. Pero por mas que lo intenta, nunca lo consigue, porque, como le explica otro viajero en el tiempo:

— […] el tiempo es enteramente subjetivo. Es un asunto privado… una experiencia personal. No existe nada que pueda llamarse tiempo objetivo, así como no hay nada que sea amor objetivo o un alma objetiva.

—¿Es decir que un viaje por el tiempo es imposible? Pero nosotros lo hemos hecho.

—Claro que sí, y muchos otros, por lo que sé. Pero cada uno viaja a su propio pasado, no al de otra persona. No hay un continuo universal, Henry. Sólo hay billones de individuos, cada uno con su propio continuo: y un continuo no puede afectar al otro. Somos como millones de fideos en la misma cacerola. En ningún momento un viajero puede encontrarse con otro viajero en el pasado o en el futuro. Cada uno de nosotros debe viajar hacia arriba y hacia abajo por su propio fideo solamente.

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